El 8 de agosto los quiteños planificaron la formación de una junta de gobierno, fingiendo tutelaje al monarca español. Cientos de patriotas y hombres del pueblo ejecutaron los planes hasta que en la madrugada del 10 de agosto apresaron a las autoridades realistas, leyeron el acta en la cual primaban los derechos, la dignidad social y el grito de independencia, en contra de la monarquía española que explotó durante siglos.
Oportunas las frases del prócer Morales: “Un pueblo que conoce sus derechos, que piensa defender su libertad e independencia, ha separado del mando a los intrusos y esta con las armas en la mano, resuelto a morir o vencer, no reconoce más juez que Dios, a nadie satisface por obligación, pero lo debe hacer por honor”.
Oportunas las frases del prócer Morales: “Un pueblo que conoce sus derechos, que piensa defender su libertad e independencia, ha separado del mando a los intrusos y esta con las armas en la mano, resuelto a morir o vencer, no reconoce más juez que Dios, a nadie satisface por obligación, pero lo debe hacer por honor”.
<<Junto a ciudadanos comunes, letrados, religiosos, juristas, representantes de los barrios y la presencia de dona Manuela Cañizares, en cuya casa se estructuró la junta, se escribieron las proclamas y las comisiones.
El grito fue de ¡Viva el Rey, la religión y la Patria!. Se ordenó apresar al presidente Ruiz de Castilla y a los demás administradores del poder español. La reacción del realista Juan Salvador fue tardía; pues, Morales y Toribio Ortega los encarcelaron. El doctor Ante notificaba a Ruiz de Castilla que había cesado en sus funciones.
En la iglesia de San Agustín, la Junta proclamó la Independencia, junto al pueblo y la presencia del Marqués de Selva Alegre, Rodríguez de Quiroga, Juan Larrea. El documento ofrecía obediencia a Fernando VII, la felicidad de la Patria y la posición contraria a Napoleón Bonaparte que había invadido a España.
La Junta Soberana se integró con el Marqués de Selva Alegre, presidente; Juan de Dios Morales, Secretario de Estado y Guerra; Manuel Quiroga de Gracia y Justicia; Juan Larrea. Ministro de Hacienda; Vicente Álvarez, Secretario Particular; Javier Ascázubi, Gobernador del Senado; Pablo Arenas, Auditor de Guerra; Juan Salinas, Coronel de Armas.
Entre Sombras apareció la oposición realista con Melchor Aymerich, Bartolomé Cucalón y Andrés Quintian.
Se hostilizó a la Junta que empezó a desinteresarse. El patriota Selva Alegre renunció y quedó reemplazándolo Ponce Guerrero y luego Ruiz de Castilla, vuelto al poder persiguió a los patriotas acusándolos de reos de traición.
Los patriotas fueron asesinados, se incendiaron y se saquearon las casas; no obstante, la revolución de agosto rasgó líneas de esclavitud, se impuso contra los impuestos, abusos y discriminaciones con impertérrita voluntad.
La revolución del 10 de Agosto de 1809, contiene hechos impresionantes de justicia y libertad, responde a circunstancias de valor patriótico y a un denominador común de aspiraciones en contra del poderío español.
El Grito de agosto enjuició la situación de la época en Hispanoamérica y en nuestra Patria.
El grito fue de ¡Viva el Rey, la religión y la Patria!. Se ordenó apresar al presidente Ruiz de Castilla y a los demás administradores del poder español. La reacción del realista Juan Salvador fue tardía; pues, Morales y Toribio Ortega los encarcelaron. El doctor Ante notificaba a Ruiz de Castilla que había cesado en sus funciones.
En la iglesia de San Agustín, la Junta proclamó la Independencia, junto al pueblo y la presencia del Marqués de Selva Alegre, Rodríguez de Quiroga, Juan Larrea. El documento ofrecía obediencia a Fernando VII, la felicidad de la Patria y la posición contraria a Napoleón Bonaparte que había invadido a España.
La Junta Soberana se integró con el Marqués de Selva Alegre, presidente; Juan de Dios Morales, Secretario de Estado y Guerra; Manuel Quiroga de Gracia y Justicia; Juan Larrea. Ministro de Hacienda; Vicente Álvarez, Secretario Particular; Javier Ascázubi, Gobernador del Senado; Pablo Arenas, Auditor de Guerra; Juan Salinas, Coronel de Armas.
Entre Sombras apareció la oposición realista con Melchor Aymerich, Bartolomé Cucalón y Andrés Quintian.
Se hostilizó a la Junta que empezó a desinteresarse. El patriota Selva Alegre renunció y quedó reemplazándolo Ponce Guerrero y luego Ruiz de Castilla, vuelto al poder persiguió a los patriotas acusándolos de reos de traición.
Los patriotas fueron asesinados, se incendiaron y se saquearon las casas; no obstante, la revolución de agosto rasgó líneas de esclavitud, se impuso contra los impuestos, abusos y discriminaciones con impertérrita voluntad.
La revolución del 10 de Agosto de 1809, contiene hechos impresionantes de justicia y libertad, responde a circunstancias de valor patriótico y a un denominador común de aspiraciones en contra del poderío español.
El Grito de agosto enjuició la situación de la época en Hispanoamérica y en nuestra Patria.
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